NO PUEDO
No puedo darte soluciones para
todos los problemas de la vida, ni tengo respuestas para tus dudas o temores.
No puedo cambiar tu pasado ni tu
futuro. No puedo evitar que tropieces.
No juzgo las decisiones que tomas
en la vida. No puedo trazarte límites dentro de los cuales debes actuar.
No puedo evitar tus sufrimientos
cuando alguna pena te parta el corazón.
No puedo decirte quien eres, ni
quien deberías ser.
En estos días me puse a recordar
los momentos más preciosos juntas.
Y si, soy una persona feliz: tengo a mi
lado a las amigas que necesitaba.
Siento paz y alegría cuando las
veo y cuando hablamos, sea en la alegría o sea en la serenidad que necesitaba
en las últimas semanas desde que te marchaste.
No encabezabas, ni concluías la
lista.
No eras el número uno, ni el número
final.
Lo que sé es que destacabas por
alguna cualidad que transmitías y con la cual desde hace tiempo se esfumó.
Y tampoco tengo la pretensión de
ser la primera, la segunda o la tercera de tu lista.
No puedo imponerte mi presencia,
ni obligarte a que me llames mucho menos a que me extrañes.
Basta que me quieras en tu vida.