GRACIAS NOMAS
Hay ciertas cosas de mí que no me
gustan, ciertas zonas difusas de mi carácter que me dejan confundida,
desconcertada.
Son patrones de conducta que se
repiten de un modo automático en mi vida, no pensado, no deliberado, como rasgos
congénitos incurables, incorregibles. De pronto me encuentro haciéndolo de
nuevo y me digo: “Si serás
sonsa, lo tuyo no tiene remedio”.
Y por esa razón quiero
desaparecer esa extraña capacidad para dar todo y no dar nada que se manifiesta
sólo cuando estoy con “ella”. Es decir: si estoy sola, o con mis amigas, me
considero una persona mesurada económicamente, no malgasto mi dinero; pero si estoy con ella,
y ella me pide ir al cine, la acompaño, y si me pide un super combo, lo compro
para ella.
Antes le hubiera dicho: “Oye, no
fastidies, no soy tu cajero automático”. Pero ahora le digo: “Claro, vamos al
cine, encantada”. Y ella cree que soy amable, desprendida y en ese momento, a
su lado, lo soy, pero luego vuelvo a estar sola y no creo en nadie.
Lo más gracioso es que, como
ahora estoy sola, mi mejor amiga me hace llegar mensajes gráficos muy graciosos
sobre el tema. Seguramente piensa que como ya no tengo pareja, ahora soy una
independiente emocional, tal vez una persona más madura. No es así, desde luego.
Amo a mi soltería y, al mismo tiempo, extraño las sensaciones y sentimientos
que se viven en pareja. Pero antes me hubiera enfadado con mi mejor amiga y le
hubiese dicho: “Oye, cómo se te ocurre mandarme esos mensajes, si sabes que estoy
sola y me gusta este estado”. Ahora, sin embargo, no hago ningún reproche ni
recriminación, y hasta le digo: “Muy interesante lo que me enviaste, querida
amiga, gracias por compartir tus mensajes conmigo, gracias nomas”.
0 comentarios:
Publicar un comentario